martes, 22 de septiembre de 2009

Hoteles con fastasma.


Aunque uno siempre quiera emular a sus escritores de cabecera, y- por tanto- se d'e de bruces con la pantalla (en este caso) o con el bloc en cuanto se arma de valor, en este caso me apropio del t'itulo de la secci'on de Manuel Vicent porque creo que, llegado este punto 'algido de viaje, se merece un ap'endice desde el lugar donde nos alojamos en el sur de Tailandia.
El hotel en cuesti'on se llama "ON ON". Uno no sabe si como guiNo a los turistas angloparlantes o debido a alg'un mantra tailand'es. El caso es que aqu'i, en Phuket, es conocido entre los curiosos conductores de motos que en tiempo record se enteran de tu vida: donde te alojas, cuantos d'ias te quedan, c'omo te llamas, a d'onde vas... en fin, que un poco m'as y te sacan el pin de la tarjeta de cr'edito.
El caso es que este edificio est'a dentro de lo que aqu'i se denomina centro: una rotonda con entradas en el mismo sentido, un mercado callejero y cuatro sede bancarias. Eso no significa que su aspecto sea ilustre ni que destaque en la fisionom'ia de una ciudad de estilo supuestamente portugu'es: la planta baja hace a la vez de aparcamiento, de recepci'on y de cafeter'ia, esto es, no sabes si entregarle las llaves de tu habitaci'on al aparcacoches o pedirle un caf'e al vendedor de paquetes tur'isticos. Lo curioso es que el hall se mantiene abierto hasta m'as tarde que los comercios de alrededor, y all'i se juntan tanto jugadores de ajedrez aut'octonos como viajeros distra'idos convencidos de que forman parte de una agencia de noticias internacional que leen el Bangkok Post del domingo a pesar de que estamos a martes y a'un no lo han actualizado.
Los dueNos se ocupan tanto de mostrarte el cuarto como de prepararle la baNera al niNo, y la planta superior es un laberinto de habitaciones separadas por paredes de papel pinocho con una organizaci'on simple basada en: cama, mesa con un cenicero, dos vasos y un rollo de papel higi'enico y un lavabo acompaNado de espejo: dudo que los hostales del centro de Madrid en la postguerra fueran tan expl'icitos.
El suelo es de madera hueca, por lo que cada paso que se da en cualquier rinc'on del hotel retumba como si estuvieran caminando por la vereda de tu colch'on, y las ventanas que dan a la parte delantera del edificio m'as que ventilaci'on son un catalizador de ruidos que deambulan entre las motos trucadas y el crepitar inefable de los cables de alta tensi'on.
As'i que, con la estela de h'eroes de la guerra del opio o de mercaderes de la ruta de las seda que llegaban a este punto antes de embarcarse en un carguero por el 'Indico y la mugre que cubre los grandes acontecimientos de la historia, reservamos dos noches sin dudarlo y abandonamos con pena uno de los sitios m'as aut'enticos de todos los que hemos ocupado hasta el momento con la certeza, todav'ia, de que no sabemos nada sobre esta poblaci'on desarrollada a causa del turismo y de que millones de parejas clandestinas nos suplantar'an en futuras noches furtivas.

1 comentario:

  1. hola, soy Gracia, quiero deciros que os admiro por lo que estáis haciendo, y os envidio por todo lo que estáis disfrutando, espero que sigáis así todo el tiempo que os queda de viaje.Muchos recuerdos de toda la familia de Yecla.BESOS.

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