Una lectura rápida no es lo opuesto a una digestión lenta. La última novela de Belén Gopegui, Deseo de ser punk podría convertirse en la versión femenina de El guardián entre el centeno aderezada con la furia y la disidencia de la música. Una furia incontrolada e inmensurable de una adolescente sin ganas de seguir caminando por el conformismo actual, capaz de sonrojar a los adultos que creen en la lucha pero balan domesticados. Puede ser el anverso a No pongas tus sucias manos sobre Mozart, de Manuel Vicent, donde un padre bienpensante, progresista y lector de El País no soporta ni un minuto más la displicencia de una juventud adocenada.
Lenguaje juvenil para un retrato de una modernidad sin trabajo, sin locales gratuitos y sin rabia, esa electricidad que viaja por las venas como por los cables de un amplificador en medio de una canción.
Canciones de amor y de odio entre fórmulas radiofónicas almibaradas o entre estilos industrializados.
Magistrales, como siempre.
ResponderEliminarAmunt cangrejeros.
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