viernes, 22 de octubre de 2010

Mi último suspiro.

Mi abuela decía que no le gustaba el dulce, pero cada semana reponía un bote de nocilla y una caja de barquillos. También decía que, siempre que gastes debes dejar la misma cantidad en el bolsillo. Esta teoría de ahorro (cristiano, según Pablo) consiguió, en su caso, dotarla de una vejez con cierta serenidad monetaria y malcriar con un último capricho a sus nietos.
Leyendo "Elogio de la ociosidad", Russell disecciona el funcionamiento económico en contra de esa máxima tan brillante del representante de la patronal de que la solución es "trabajar más y cobrar menos". A diferencia de esta dignidad laboral que promulgan desde la poltrona, el tiempo libre y la mesura en el trabajo serían un valor capital tanto para la creación de empleo como para la lubricación del sistema de consumo. ¿O es que acaso se tiene miedo al tiempo libre de los obreros?
Puede ser. El caso es que, más allá de interrogantes sin respuesta o de dar por hecho que la crisis no era el fin del capitalismo, hoy puede ser un gran día, si te lo tomas como tal.
Mucho mejor si lo acompañas de la lectura de "Mi último suspiro", de Buñuel. En él se puede encontrar una biografía no al uso. Con memorias y mentiras, que- en definitiva- también forman parte de nuestros recuerdos.
Puedes hacer un repaso al siglo XX (siempre he admirado en secreto a la gente que nace en un número redondo, como, por ejemplo, el 1900, que es el caso) y a una hornada de intelectuales a caballo entre dos continentes: la España republicana y la América del exilio, aderezada con la eclosión del cine y sus grandes figuras.
Como el libro no tiene fotografías, me he puesto a investigar sobre alguna de las que habla. He encontrado una (la de un poco más arriba) en la que está acompañado de Billy Wilder, Hitchcock o Cukor, entre otros.Y lo que más me ha llamado la atención no es que él aparezca en el medio (luego es cierto el grado de importancia que se otorga en estas reuniones) sino que a varios años vista mi parecido con el maestro del suspense es más que un hecho, y dentro de algún tiempo podré subastar mi foto de bebé como una reliquia del gran director estadounidense.
Si es que ya lo decía mi abuela: no hacéis más que gastar.

2 comentarios:

  1. Una vez más, admiro tu sensibilidad literaria e histórica para el análisis de hechos y obras literarias, tu erudición y la exquisita ironía con que expones tus opiniones.
    Sigue deleitándonos con tus recomendaciones literarias.

    ResponderEliminar
  2. Ese comentario de ya lo decía mi abuela, debe ser de los Casado, ya que mi Tía me lo decía y mi madre me lo dice. Da gusto leer de vez el blog... que por cierto se lo recomendé a mi vecina de al lado...

    ResponderEliminar