jueves, 5 de noviembre de 2009

Turbulencias diarias.

Galeano se preocupaba cada vez que ve'ia pelos suyos en el filo del peine hasta que S'abato (otro calvo) le dijo que si el pelo fuera importante estar'ia dentro y no fuera de la cabeza.
Desde que salimos de Madrid, rastreo cada maNana la almohada con el fin de acreditar lo que me temo: se me cae el pelo.
No vale con cort'armelo bajo la falsa creencia que as'i se cae menos o que busque en las estanter'ias un champ'u que sea antica'ida o reforzador, cuando antes siempre iba a lo m'as baratos, aunque para sacarle espuma tuviera que frotar como si lijara un tablero.
No s'e por qu'e, ya que mi padre presume de pelo blanco y ning'un familiar cercano sufre de halopecia.
Ser'a que nos hacemos mayores? Que el viaje desgasta? que no ganamos para disgustos, como repite mi madre? o que Mendel y sus guisantes me jugaron una mala tirada con los genes de celiaco y la p'erdida de pelo?

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