martes, 23 de marzo de 2010

Resumen.


Han sido tres semanas intensas. El Estado, con mayúsculas, sube los impuestos y aquellos que jamás sufrirán la crisis se quejan sin dar soluciones. Llegan cambios digitales en el adorno más compartido de los hogares españoles y poca gente exige a sus encubiertos cuatreros de tiempo que si quieren su fidelidad les aseguren los medios o desconecten para siempre ese chisme ruidoso que estrangula silenciosamente otras aficiones.
Los periódicos rellenan cada vez más páginas o engrandecen los titulares, pero siguen requiriendo de la literatura y los grandes nombres para ofrecer calidad y criterio mientras las noticias se repiten incansablemente hasta la ininteligibilidad: la economía explica en su lenguaje cifrado como se rescata a aquellos que nos hundieron, el panorama internacional se olvida de todo lo que no sea Estados Unidos y su mesías, la nación se enfrasca en otro duelo insensato y los deportes se convierten en la metonimia de fútbol.
Y como el día tiene muchas más horas de las que creemos cuando estamos lejos del bullicio, ahí va una serie de películas engullidas durantes estos días con mayor o menor atino: una buena historia de extrarradio en "El truco del manco": cercana, sencilla y creíble; "Fata Morgana", un documental experimental y con aura lírico que es difícil acabar sin desviar la mirada o pasarlo a más velocidad; "In the loop", comedia ágil de buenos diálogos que utiliza un argumento trillado y no deja excesivo poso; "Cashback", una historieta adolescente filmada con estética de videoclip que se deja ver muy amablemente y te deja buen sabor de boca; y, por fin, "Mapa de los sonidos de Tokio", la temible última película de la Coixet que resulta ser menos ñoña y sensiblera de lo que aparenta y transmitir algo más que bonitas imágenes.
Éste es el resultado de varias jornadas de ocio impuesto días antes de unas nuevas vacaciones.

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