lunes, 19 de abril de 2010

¡Tururú!


Es por nuestra seguridad: cancelar vuelos, subir el precio del metro, poner más cámaras de vigilancia... Qué bonito.
Cada vez que alguien vela por mi seguridad me llevo la mano al bolsillo. Ahora, la situación de los vuelos convierte la realidad en una novela de Saramago: la gente deja de ver, de votar o la muerte desaparece a su antojo. Y transforma en ficción lo que suele ser aburrido y denso como la nube de ceniza.
¿Qué pasaría si dejara de haber aviones?
En Europa, la gente volvería a coger trenes y autobuses entre países, algo frecuente hasta hace muy poquito tiempo y que parece haber sido olvidado gracias a la varita mágica de los gerentes de las líneas de vuelos baratos. Los viajes de fin de curso seguirían siendo en autobús y los fines de semana al pueblo y no a Praga o Roma.
El sudeste asiático respiraría y sus habitantes volverían a saber lo que es un templo sin europeos o americanos haciendo fotos.
Sudamérica empezaría a desarrollarse con sus propios recursos y no exportaría mano de obra precaria o fruta transgénica.
Estados Unidos y África seguirían igual: el primero porque seguiría mirándose al ombligo y haciendo caso omiso de restricciones y el segundo porque nunca se ha beneficiado de los aviones.
Y hasta que todo vuelva a su normalidad y el Estado pague las pérdidas de negocios privados, les dedicamos un alto y sonoro "¡¡TURURÚ!!"

1 comentario:

  1. Teneis mucha razón y escribís fenomenal. Teneis que hacerlo más a menudo.

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