domingo, 29 de mayo de 2011

La chica de los discos de Cole Porter.

Night and day,
You are the one ...
Only you 'neath the moon
Or under the sun
Whether near to me or far
It's no matter, darling,
Where you are
I think of you day and night.

Night and day ...
Why is it so that this longin' for you
Follows wherever I go?
In the roarin' traffic's boom,
In the silence of my lonely room,
I think of you day and night.
Cole Porter 



Literariamente transportada a los mejores momentos del París más glamuroso, envuelta en la letra de las canciones de Cole Porter y deseando de la manera más ferviente ser la chica que vende sus discos en un mercadillo de París, así salí el jueves del Babel, el único cine auténtico que queda en Valencia, de ver Midnight in Paris.
Las primeras escenas de la película te van remojando como la lluvia que va desde las tímidas gotas iniciales hasta el chaparrón con rayos y cuando termina sientes que se te han calado hasta los huesos.
Quizá no es su mejor película, pero te proporciona la misma liviandad que La maldición del escorpión de jade. 
Woody Allen nos invita a soñar y a hacer realidad nuestros sueños.
No busca, en esta ocasión, ironizar, ni tratar las relaciones de pareja desde una persperctiva frontal, como en Annie Hall.
Siempre vigente su lema de "Si la cosa funciona", pero con el telón inigualable de la literatura, la poesía, la música, la pintura y el amor. Siempre el amor. Siempre la mujer como exaltación de la belleza y la búsqueda interior de la media naranja.


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