viernes, 31 de mayo de 2013

Comparación del ideario español.

El otro día estaba sentado tomando unos cacahuetes con Ximo y empezamos a hablar de libros. El tío se acababa de descargar todo un arsenal de joyas en el e-book y me llevaba una delantera de títulos que ni Jacinto Antón en su mesita de noche.

Como estábamos en una terraza frente a la biblioteca, me despedí corriendo y, simulando que tomaba la dirección de la mercería, me metí a ver qué sacaba, para darle en la próxima cita un repaso que no igualase ni con un cable directo a la enciclopedia británica.

No hubo suerte, y recurrí a mi padre, que goza de un carnet de biblioteca ilimitado por simpatía y por jubilado. Se recorrió toda la sierra para hacerse con unos títulos que Ximo conseguía a golpe de click. Uno era el de Dos vidas. Gertrude y Alice, de Janet Malcolm. Otro, Isla África, de Ramón Lobo. Y, por fin, Libelo contra la secta, de Hermann Tertsch.

Como tenía una semana para volver a Madrid con los deberes hechos, me metí de lleno en este último. También porque era el que quería leer primero. Lo que me encontré (y quería escribir rápidamente) fue el ideario español completo redactado por el libro de estilo de El Mundo. Sí: Hertsch escribe en el ABC y habla en Intereconomía y en Telemadrid, pero sus tesis parecen copiadas del diccionario político de Pedrojota.

En principio, nada que objetar. Lo que pasa es que, debido a lo perentorio del libro (escrito en 2010 y con un recorrido cuya meta estaba en las elecciones generales de 2011), leerlo tres años después parece sacado de El Mundo Today. Por eso me acordé de otro publicado en fechas parecidas (Acceso no autorizado, de Belén Gopegui) y saqué varias conclusiones:

Aparte del empeño en regresar a los juicios del 11-M, al caso Faisán, al estatut de Cataluña o a las escuchas del juez Garzón,  Tertsch se equivoca en casi todos sus pronósticos y acusaciones. Ejemplos rápidos: pone como modelo a seguir a Chile, donde la pobreza ha subido un 14% en contra de lo que ha pasado en el resto de países sudamericanos; habla de una "secta socialista" que pretende mantener la devoción hacia su partido cuando ha sido la fuerza política que más apoyo ha perdido en los últimos años.

Pero, lo que es peor, es que llega a asegurar que durante el mandato del PSOE se hizo una serie de reverencias al mundo musulmán que incluso incluía menús especiales en los colegios, "que no lo tienen ni los celiacos".

Llegué hasta ahí. Y por cariño a Felisa y a todas las cocineras de comedor escolar que se han preocupado a lo largo de mi existencia con intolerancia al gluten, pasé al de Janet Malcolm.

¿Y la comparación? Pues esta: Gopegui (que narra una ficción, no un ensayo) acertó en que iba a haber un adelanto electoral; habló de la traición de la izquierda y su abandono en pos del poder económico y adivinó el ostracismo al que iba a ser relegada la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Y ahí la tienen, tan pancha:
No sé si sorprenderé a Ximo en el próximo café, pero me he quedado más a gusto que un arbusto.

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