viernes, 24 de julio de 2009

Aventuras y desventuras...

Seguramente esto no lo deber'ia escribir. Empezando por ah'i. Deber'ia escribir acerca de la Morgan Library, de los impresionistas del Metropolitan, de los lagos de Central Park, de las sesiones de cine que organizan al aire libre en un parque en el coraz'on de Manhattan... Pero, es que me re'i tanto (despu'es) que no me puedo resistir.
Ver'an, todo empez'o una bonita noche veraniega durante un sofocante paseo a lo largo de la 42 con Madisson. Ya lleg'abamos a la Grand Central e 'ibamos con el paso algo apurado debido a unos ciertos retortijones y un cierto sudor frio que me ten'ia atenazada la respiraci'on. No s'e si me explico. Ejem.
La Grand Central es bastante grande, por eso lo de Grand (que no se vayan a creer que estos Estadounidenses son originales con los nombres, qu'e va!), pero yo ven'ia bastante tranquila porque ya hab'iamos investigado el lugar en diversas ocasiones y ten'ia bien ubicados los servicios. Los "rest room", que les llaman los locales (sin comentarios).
La primera sorpresa fue que los baNos de mujeres estaban cerrados. As'i que en un alarde de valent'ia varias mujeres nos adentramos en el maravilloso mundo de los servicios de "caballeros".
Sin mirar a los lados me met'i en el primero que vi y cerr'e el pestillo. Ya empezaba a respirar aliviada cuando v'i que No hab'ia papel. Quise salir para buscar otro, pero el pestillo (que tan bien hab'ia cerrado) ya no se quer'ia abrir.
Me vi acorralada y sin papel, as'i que segu'i mis instintos m'as primarios y empec'e a gritar, o a balbucear a gritos, que me hab'ia quedado encerrada y que no ten'ia papel.
A todo esto yo estaba ajena a lo que suced'ia al otro lado de la puerta y es que el urinario que estaba justo al lado se estaba desbordando. Alberto estaba saltando entre agua, intentando entender lo que yo dec'ia y desesperado por aliviar sus propias necesidades.
Como pudo, a brincos, se acerc'o a d'onde yo estaba, pero no alcanz'o a entender lo que le dec'ia, as'i que pens'o que la puerte no cerraba bien y se puso a sujetarla.
Menos mal que un alma caritativa que andaba por ah'i (y deb'ia entender el EspaNol) me pas'o por la parte de arriba de la puerta, algo de papel.
Ya que estaba encerrada y ten'ia papel, pues... pa qu'e decirlo.
Pero, segu'ia encerrada. Consegu'i hacerme entender y Alberto me sugiri'o que saltase por encima de la puerta. Sub'i c'omo pude y estando ya arriba (ni que decir tiene que ya no estoy la mitad de 'agil que a los 18) vi al otro lado un urinario desbord'andose como 'unico lugar en el que poder apoyar el pie.
As'i que tras imaginarme mi 'unicas sandalias hundidas en aquel urinario, decid'i abortar el plan.
Volv'i dentro del baNo y a lo Indiana Jones, opt'e por salir rodando hasta el retrete contiguo (que hab'ia quedado desocupado) tratando de evitar el agua que se desbordaba.

Aleluya!!! Aleluya!!! Aleeeeluya!!!
Nunca ese himno hab'ia sonado con tanta fuerza, as'i que contentos, exhaustos y algo m'as sucios (pa qu'e negarlo) nos subimos a un metro con destino: hogar. SoNando con una ducha.

2 comentarios:

  1. Las aventuras y desventuras de Celia Jones en un retrete neoyorquino. Grandioso. Ya no os hace falta ver las cataratas del Niágara...
    Seguid así.
    Cuidaos mucbo.
    Os extrañamos.
    www.jgpalomo.blogspot.com

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  2. Celia!!! corazón!!! tenía q escribirte algo y no he podido evitar q fuera en este capítulo de tu viaje... me he reido mucho!!!! Espero que estés disfrutando muchíiisimo!!! Mi peque cumple un añito el próximo día 20, estamos preparando una mega fiesta!!! pero nos faltarás tú!!! Por aqui te echamos de menos!!
    Un besazo de los 3! Alberto, Alberto Jr. y Gloria.
    PD: no se como hacer para que salga mi nombre en la cabecera en lugar de anonimo... el calor me nubla la mente, jejeje

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