
Es domingo por la mañana y hace un día radiante, espléndido. El mejor desde que estamos en Madrid. La gente deja los abrigos en casa y sale en mangas de camisa. Incluso en tirantes. Van locos. Parecen vampiros redimidos de su fotofobia. Se lanzan a saborear los puestecillos o simplemente a observar atudidos el remolino de viandantes que se expande como una avalancha sobre las calles de la ciudad.
Pero ellos, los teóricos de la literatura, permanecen ajenos a ese tropel.
Han encontrado lo que venían buscando: libros.
No para comprar. Sólo: sopesar, admirar, contrastar, analizar, inventariar, reseñar,estudiar, comparar, compartir, destripar... ¿Sigo?
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