jueves, 24 de junio de 2010

La conquista del aire.

"Y ahora ¿en qué consistía pertenecer a ese sector? ¿En no votar? ¿En comprar ropa en otras tiendas, o a veces en las mismas tiendas que la gente de derechas pero eligiendo modelos más discretos? ¿En conservar un rastro de mala conciencia cuando, pudiendo ir en metro, decidía coger un taxi? Ser de izquierdas, entre su gente, se había convertido en un ritual estético. Tanto ella como sus amigos mantenían buenas relaciones con la propiedad, con los pisos de sus padres que un día heredarían, con la casa que tarde o temprano iban a comprar... Todos se veían bien en el lugar que ocupaban. Aunque había algo aún más significativo: todos se habían situado en el presente de tal manera que no les fuese difícil imaginarse dentro de cinco años con más sueldo o más bienes, con más reconocimiento por parte de la sociedad que criticaban. Y, no obstante, todos eran de izquierdas, porque leían a ciertos autores, porque se vestían de cierta manera y porque no les sobraba el dinero, si bien sobrar era un verbo muy relativo. Y a lo mejor eran de izquierdas porque, pudiendo elegir, preferían al empresario público que al privado; pudiendo, claro, elegir. Y porque concedían a algún partido de izquierdas su voto testimonial.
Estaba siendo injusta, se dijo, los matices también contaban; contaba ser capaz de mantener un sistema de valores diferente y procurar aplicarlo, sobre todo, en los lugares de trabajo. Sin embargo, aun sin quererlo, le salía el verbo "procurar", como si ser de izquierdas consistiera en saber de antemano que sólo había que "procurar", que no había que conseguirlo."

Belén Gopegui
"La conquista del aire".    

No hay comentarios:

Publicar un comentario