martes, 22 de junio de 2010

El circo de la realidad.

Y voy y me levanto cada mañana. Feliz y segura, paso del desayuno... Me ducho, mientras escucho, el recital de noticias de "En días como hoy" que me deja Alberto sintonizado. Así lo mismo me despierto en medio de una catástrofe natural en Haití, que negociando con sindicatos...
Ya tenemos reforma laboral hasta en la sopa, quieras o no, es como el mundial o las fallas, si te toca el casal en tu portal no hay nada que puedas hacer más que ponerte el blusón y los moños (con suerte llevas de esos laterales y te amortiguan un poco los petarditos) o mudarte a Las Bermudas.
Y allá voy, ¡menuda soy! Y qué le voy a hacer si la gente, me condenó al olvido, a ser autosuficiente. Si con esto sobrevivo que no es poco. Mejor solo, que mal acompañadoooooo... Lalai, la.
Y va pasando la mañana entre llamadas telefónicas, correos, mezquindades varias, y desayunos colectivos en la barra de aquel bar dónde te amé... Porque el amor es eterno (mientras dura) y, quieras o no, los gobiernos (todos) acaban abocados a cometer los mismos errores porque la propia definición de la política marca que no puedes dar la razón al contrario si quieres ganar escaños o arañar votos y porque el que nada hace no tiene miedo a equivocarse.
Dice la Ministra Salgado en la portada del Expansión: "No pensamos que la crisis fuera a ser tan profunda y tan larga". No sé qué entiende por larga... Ni quienes fueron sus asesores... ¿Los de Lehman?
Afortunadamente tenemos en cartelera películas como "Sexo en Nueva York 2" que nos recuerdan que no hay nada mejor que tomarse la vida lo menos seriamente que sea posible y pasarla entre botox y tiendas de Dior. Que como dice el Dragó: "¡Benditas contradicciones!" y como dice mi cuñao: "¡Ánimo!".

1 comentario:

  1. No se como no escribís más. Es una delicia leeros.Realistas y contundentes.

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