viernes, 4 de junio de 2010

Historias de Madrid.

Si fuéramos Enric González y su mujer, Lola, podríamos llevaros de la mano por esta capital tan retratada; pero como no somos ninguno de ellos dos y nuestros trabajos flexibles sólo nos dan para pasar por el banco en la hora del desayuno, tenemos que ceñirnos a la realidad pura y dura.
Realidad, no obstante, alumbrada por la chispa cotidiana que enciende cualquier hollín aunque sea del tugurio de la esquina donde acompañan las copas con pipas rancias.
Realidad que, como el niño de la foto, te permite sentirte alegre y dicharachero siempre que lleves encima un par de botellas de vino.

Y, a pesar de ese polen traicionero que brota de los árboles invisibles de Madrid, todavía puede uno acercarse a la sierra y estornudar con fundamento. Desgañitarse con el pañuelo de forma plausible. Inhalar la fragancia de las gramíneas y pegarse un chapuzón congelado para pasar el mal rato: el efecto purificador del agua no da para más que cinco minutos sin rascarte los ojos.
Y si no estáis de acuerdo, coincidiremos- espero- en que sin sufrir el aire acondicionado del Cercanías ni el fragor de las circunvalaciones se puede uno acercar hasta el Retiro y pasear entre hordas de gente que hacen cola frente a su autor favorito. O desviarse del estanque y sus extranjeras en bikini para descubrir rincones ocultos con ciudades en miniatura en torno a un puente obsoleto o pagodas paganas en la esquina más alejada. Yo, con la excusa de ir a correr, vislumbro estos parajes entre dominadas y flexiones que me obliga a realizar mi entrenador personal, Pablo. Yo le hago caso porque- asegura- cada vez nos ponemos más fuertes y aguantamos mejor el partido de los martes. En fin, cada uno se consuela con lo que puede. A nosotros nos queda Madrid y sus alrededores, que tratan con pareja honestidad al de fuera y al de dentro y nos regala noches irrepetibles cuando menos esperas de tu ciudad y sus bares. Que, como Nueva York, Roma o Londres, es de todos y de nadie. Está en continuo movimiento y nunca se descubrirá a sí misma a menos que la volquemos varias veces y nos demos cuenta de que sigue completamente igual, por mucho granito que se empeñen en poner.

2 comentarios:

  1. Extraordinaria visión la que nos ofreces del Madrid más cotidiano. Y de una calidad literaria fuera de lo común. Ánimo. Sigue escribiendo así de bien. Los lectores de este blog lo agradeceremos.

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  2. ... Magistrales libros de nuestro admirado Enric y un gran blog, el vuestro, que cada vez descubre más gente. Seguid contagiando felicidad a golpe de estornudo, letras y sabiduría. Estéis donde estéis.
    Siempre vuestros, J y N.
    www.jgpalomo.blogspot.com

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