martes, 15 de junio de 2010

Cantando bajo la ducha.

Cuando terminé la carrera imaginé que ya había cumplido. Ese era el final del camino que me habían marcado: Colegio, Instituto, Universidad.
Pensé: "Ahora sólo tengo que encontrar trabajo, casarme, comprarme un piso y tener hijos".
A eso mi mente alocada le añadía escribir un libro y hacer viajes fantásticos a lugares deslumbrantes.
Nada más lejos de la realidad.
Cuando me vi por primera vez con piso, novio y trabajo, decidí que eso no era lo mio y mandé todo a "escaparrar" (como dicen en mi tierra). No me lo estoy inventando. Mis amigos y familiares podrían testificar.
Lo cierto es que, por suerte o por desgracia, la vida actual nos permite elegir. El primer mundo en crisis en que vivimos no deja de ser privilegiado. Hay distintas posibilidades laborales (aunque cada vez más escasas), distintas opciones de vivienda (para quién se lo puede permitir), mil opciones de pareja (cada día aumenta el número de divorcios), lugar de residencia, ofertas de viajes (sobre todo "low cost"), supermercados, coches, productos de higiene personal, restaurantes, teatros, libros, películas...
Estoy harta de leer artículos en los que el agobiado escritor se declara superado por las toneladas de libros y de oferta cultural que le rodea. No deja de ser una queja de ricos, porque en Uganda nadie sabía qué película era "Casablanca", ni había librerías públicas en cada barrio, pero ahí está y no deja de ser nuestra realidad diaria.
Un auténtico bombardeo de publicidad, cine, información mediática... Cada día nos vemos obligados a tomar decisiones a cada instante.
Una de las opciones actuales es el Blog. Te permite llevar un "diario" de tu vida, pero en vez de esconderlo debajo de la cama y cerrarlo con llave se publica a los "cuatro vientos" o a la red, que viene a ser la versión moderna de lo mismo. Ahora tenemos comentarios acerca de nuestras reflexiones de gente que no conocemos...
¿Pero no viene eso dado por el propio individualismo de la sociedad en que respiramos? Cada vez nos sentimos más solos y como decía Vicente Verdú en su "Capitalismo de Ficción" cada vez más deprimidos.  ¿Porqué no valorar cada cosa en su medida y aceptar que los blogs no dejan de ser una forma de expresión? Una fuente más de información que uno puede valorar o despreciar, etiquetar y desechar.
Como oí decir en una ocasión a Osvaldo Ciccioli: "Todos tenemos derecho a cantar, aunque lo hagamos mal... ¿Tú cantas en la ducha?".

3 comentarios:

  1. Estupenda la reflexión.
    Seguid escribiendo. Da gusto entrar en el blog y disfrutar de cómo escribís.

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  2. ¡¡Buenísimo el cambio de imagen del blog!!

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  3. Ahora que no nos oye nadie, queridos "Cangrejeros en Candela", os confieso que este blog es uno de esos lujos que te brinda Internet. Nos marcan el camino y, lo quieras o no, al final uno cae en las redes del sistema, pero desde dentro se pueden buscar alternativas para soñar. Como hacéis vosotros. Como intentamos hacer, supongo, casi todos. Sed felices y seguid escribiendo.
    Nos vemos enseguida, familia. ¡Abrazos mil!
    www.jgpalomo.blogspot.com

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