jueves, 12 de agosto de 2010

Candela.

Cuando viajas a Cuba te asaltan muchas más dudas de las normales. No sólo en lo relativo a la comida, el precio de las cosas o el clima, que cualquier Lonely Planet puede resolver, sino en cómo podrás desplazarte, qué tendrás que decir en la aduana o incluso cómo comportarte.
Minutos antes de despegar hacia La Habana, un tipo venezolano que, encima, presumía de haber estado, nos aseguró que tienes que ir con tour y que te enseñan lo que quieren; que nadie se te puede acercar porque vas continuamente vigilado o hasta que con una pastilla de jabón obtenías sexo con una niña de doce años.
Salvo esto último, el resto es una mentira como un templo, o como una catedral, o como una bodeguita, ya que nos ponemos rumberos.
Se peca de condescendencia y terminas creyéndote que el mismísimo Fidel Castro te va a preguntar en el aeropuerto si tienes intención de implantar el capitalismo...
Puedes recorrer a tu aire (es más, es lo más aconsejable) todas y cada una de las calles de La Habana o de cualquier otra ciudad cubana. Desde los adoquines del centro hasta los barrios populares. Incluso puedes cruzar a nado- si tienes fuerzas y te apetece después de ver a los mulatos chapoteando- desde el Malecón al Morro. Entonces encontrarás miseria, claro que sí, pero también ganas de inventar y de sobrevivir. Encontrarás más inteligencia y educación que en casi cualquier bar o espacio playero español. Y nunca te faltará compañía. Tanto para charlar como para cantar y compartir una botella de ron o para sacarte alguna moneda, pero esto ya lo verás en los ojos de cada uno.
Cuba es un paraíso, y punto. Una forma de vida diferente, original, incomparable. Tiene sus carencias, por supuesto. Entre otras cosas porque es el ÚNICO país del mundo con embargo tanto americano como de todas las naciones que tengan relaciones comerciales con Estados Unidos. Y porque medimos desde el canon occidental, con la lente de clase media acomodada que puede permitirse prácticamente todo a sabiendas de que su patrimonio seguirá incrementándose.
No se la pierdan. Vayan sin remilgos. Paladeen esta perla antes de que la devoren. Y contrasten información de forma empírica, no sólo bajo el punto de vista del poder mediático. ¿Por qué será que coinciden  El País , el ABC y demás diarios de gran tirada en este tema? 
Plantéenselo. Si es posible, con un daiquiri entre sus manos.

1 comentario:

  1. Cuba en el recuerdo y Estambul en el horizonte. Quién pudiera volver a imaginar las hadas en la Capadocia viendo a tu novio charlar con una familia de turcos en la colina de una de las chimeneas mientras, junto a unos amigos que lo empiezan a serlo ahora y lo serán siempre, retrasas a un autobús cargado de turistas cabreados porque están ansiosos por comprar joyas, comprobar si es o no asequible esa alfombra que tachan de "única" y dispuestos a que les den un masaje express del que después se arrepentirán, agujero en el bolsillo aparte. Besotes y feliz viaje, cuñaos.

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