lunes, 12 de julio de 2010

Aniversario.

Los años pasan para todo. Inescrutables, que se dice. Incluso para el inicio de un blog que tenía el objetivo de relatar, más con fotos que con palabras, un viaje y que se ha convertido en un refugio. Refugio de avatares cotidianos. De estar, irremediablemente, horas y horas enfrente de un ordenador. Pero, sobre todo, un espejo de lo que se nos pasa por la cabeza de cuando en cuando: noticias, trozos de lecturas, preguntas al aire. Y geografías. Lugares que han transcurrido tranversales a nuestros entrecortados escritos. New York, Austin, el Deefe, Bangkok... y, al final, Valencia y Madrid. Pero entre medias quedan los trayectos. El relleno. Lo que profundiza el conocimiento de estos espacios. Senderos de aburrimiento, de películas de serie B, de videoclips musicales o de oscuridad.
Hace unos días cumplimos un año desde que, con la cuenta atrás en una pantallita, empezamos a descargar archivos en una biblioteca pública de la Quinta Avenida. Después, la cosa se fue disciplinando y dedicábamos parte de nuestro presupuesto al apaño informático. 
Y esta odisea escrita y visual es testigo, a día de hoy, quién lo iba a decir, de una boda por parte del primo más cercano y de la victoria de la selección. Por lo que festejamos varias cosas de una vez, con la misma intensidad que lo haríamos de una en una, y con lo más importante: el agradecimiento hacia el objetivo de este invento: vosotros.

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