miércoles, 1 de septiembre de 2010

Aciertos a la vuelta.

Es cierto que ahora viajamos con billete de vuelta. Hasta con reserva de hostal y sin cubiertos para el desayuno. Pero los tiempos cambian, como las relaciones, como los títulos de estas entradas improvisadas o como, en definitiva, la vida.
Turquía no es la misma que lo era hace años. La India supongo que tampoco se asemeja a aquellos relatos exóticos sesentayochescos y puede que hasta el carácter de los salmantinos haya variado en las últimas décadas. 
Pero ¿quién quiere paralizar el tiempo o, aún peor, encasillarse a medida que se cumplen años aparte de Jorge Sanz? 
Nosotros hemos modificado ciertas cosas. Hemos comprado unos cuantos souvenirs sin haber mandado postales al por mayor, nos hemos contenido a la hora de coger autobuses y al final nos hemos centrado en cuatro sitios.
De todas formas, es difícil salirse de la ruta de agencias en un país que se ha convertido en el nuevo París. Si no, compruébenlo: al menos tres de cada cinco personas del grupo más proximo- trabajo, amigos, familia- han estado en Turquía.

A la vuelta hemos notado, sobre todo, calma: Madrid se presenta con un ritmo vital que no aparece ni en el cardiograma de la ciudad de Estambul. Vuelven las calles vacías y el calor seco.
Pero en este periodo de sequía rutinaria hemos recobrado las ganas de acercarnos al videoclub y retomar el ritual de peli por noche. En este par de días hemos hecho dos aciertos plenos: Soul Kitchen, de Fatih Akim,y Buscando a Eric, de Ken Loach. 

La primera es la menos étnica del director y la más fresca. Agradable, rápida, bien entretejida y magistralmente rodada. La segunda acaba algo más floja, pero aun así posee aroma del director y un guión que, como en el caso de Woody Allen, por muy apresurado que sea, supera la tónica general.

Gratas sopresas para un inicio tras un corto paréntesis.

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