martes, 31 de mayo de 2011

Los bosques de Upsala, Álvaro Colomer.

"Los locos de mi ciudad aguardan tranquilamente en la sala de espera porque la medicina contemporánea ya no trata a desquiciados, sino a personas normales, personas como mi esposa o como yo mismo, en cuyo interior había fantasmas imposibles de describir"

¿Un libro que hable del suicidio y haga reir? Sí, existe. Es éste: Los bosques de Upsala, de Álvaro Colomer. Una aproximación al tema desde el que lo sufre en tercera persona. Una reflexión sin sensiblerías ni compasiones pero fiel y directo. Que no se anda por las ramas con incertidumbres de clase media ni apartados de color rosa.
Un libro que empieza y termina de un tirón. Que mezcla todas las historias en la misma persona: ésa incapaz de soportar el suicidio de su esposa por su propio miedo. Miedo a la soledad, miedo a la culpa.
Si no es un paradigma de la nueva narrativa española, poco le falta, porque, ojo, se está creando una escuela de gente que habla como habla la gente y, sin embargo, da lecciones de literatura.
Eso sí: hay que rescatarlos de las estanterías y no de los escaparates, pero todo se andará.

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