martes, 7 de junio de 2011

Vida de Pablo vs Nada es crucial

"Quizá yo también, además de nuevo viejo, sea determinista, pero estas conversaciones existenciales sobre la libertad y el error se dan casi siempre entre gente desarraigada como nosotros, carne de precariedad laboral"

Carlos Pardo nació en 1975. Pablo Gutiérrez también. Ambos son los típicos escritores jóvenes que- será por envidia- nos caen un poquito mal porque escriben bien. Ambos se mueven por el rollito de la periferia, de los escritores menores de cuarenta años que son promesas y ambos escriben novelas generacionales.
Si Nada es crucial habla de extrarradio y niños desarrapados que tienen que hacer su vida al margen de la escolarización y entre restos de papel plata, Vida de Pablo es- en realidad- la vida de Carlos. La vida, sí, del autor, contada a través de otros, como hacemos todos cuando citamos o hablamos de algún colega.
El caso es que esta fórmula le permite cambiar de personaje sin aburrir con el principal: él. Y pasar a un segundo plano la historia de amor. Lo importante: se lee de un tirón. Es creíble aunque chirríe a ratos el rollo de poetas fumando porrros en una playa del sur. Más cinematográfica y menos narrativa que Nada es crucial, me quedo con recuerdos de imágenes, de secuencias, y me olvido de sus frases o de sus personajes. De Nada es crucial me quedo con ellos. Y con algo un poco más perdurable.

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